Aún sigo sin saber, sigo buscando qué palabras decir, o escribir, o pensar. Si quiero creer pero no puedo evitar llorar. Si hoy soy yo aunque mañana seas tú, y si pudiera elegir no se trataría de ti nunca más. Resulta tan cómico volver la vista atrás, a tan solo un par de semanas, y preguntarse qué fue de aquel que decía ser capaz de todo, desde abordar barcos hasta dar el beso más bonito del mundo. Que coño, las palabras resultan tan fáciles de decir, que a veces ni las medimos.
Pero aún esperas que crea que quien yo pensaba que eras sigue ahí, ¿dónde?
Piensa mal y acertarás, dicen, y al oírlo nos echamos las manos a la cabeza. Desconfianza, suspicacia, ¿es que queda alguna otra opción? Ya os pasará también al resto, y os cansareis de creer.
Pero el tiempo está de mi lado, y no va a dejarte indiferente.