Que coño, las palabras resultan tan fáciles de decir, que a veces ni las medimos.
Pero aún esperas que crea que quien yo pensaba que eras sigue ahí, ¿dónde?
Piensa mal y acertarás, dicen, y al oírlo nos echamos las manos a la cabeza. Desconfianza, suspicacia, ¿es que queda alguna otra opción? Ya os pasará también al resto, y os cansareis de creer.
Pero el tiempo está de mi lado, y no va a dejarte indiferente.
Yo también estoy de tu lado. Y los demás que digan lo que quieran, pero tú sabes, el tiempo lo sabe, que ante todo desconfiaremos de cada palabra. Y yo a tu lado. Que no me pierdes.
ResponderEliminarMe magnetizas, nena. Te quiero.