Odiosos y, al mismo tiempo, adorados días de bohemia.

Ella era como una gota de perfume, perdida en el oasis de aquellos días de la más profunda bohemia.
Caminaba en infinita fingida indiferencia, con ese paso propio de las gotas de la más pura esencia, embriagador, abrumador... efímero. Y su expresión... nunca nadie vio ojos tan dulces y tan desgarradores al mismo tiempo, parecían tararear la melodía de la canción más triste jamás compuesta con su pestañeo, e, inevitablemente, la mordedura de sus pupilas te escocía el corazón.
Andaba siempre ensimismada, y podría decirse que su sonrisa era incluso más triste que aquellas perlas que le caían de los ojos al llorar.
Aunque vivía en un constante intento de escapar de esas sensaciones, estaba tan sumergida en ellas que no conseguía sacudirse la pena más de dos días seguidos; además tampoco puede decirse que nadie la ayudase demasiado, no era la única atrapada en aquellos días de bohemia...

sábado, 27 de febrero de 2010

El viento agitaba su pelo...


Ella respiraba a contracorriente, no era capaz de seguir el ritmo de los demás, marcaba el suyo propio. Creía que podría vivir de ilusiones toda su vida, bueno tal vez de ilusiones y unas pocas miguitas de pan.
Pero algunas de sus ilusiones eran tan vanas que se desvanecieron con la brisa de tu aliento, y eso le hizo pensar que lo mismo podría pasar con todas, que no quería volver a sentir eso que llaman desolación.
Se deshizo de todas ellas, las que quedaban, claro. Las rompió en mil trocitos, las quemó, las escondió en cajones y debajo de la alfombra, incluso algunas las metió en botellas de cristal y las envió al océano. No quiero volver a veros - decía - nunca.
Pero como le solía pasar... se equivocaba.

1 comentario:

  1. Las ilusiones tienen fecha de caducidad, yo ya me di cuenta... son como las latas de conserva.
    Maldita sea, a mi se me escaparon todas, y las que no, ya me ocupo yo de esparcirlas.
    Me gustan tanto tus pensamientos pequeña miss santana. Te quiero muchísisimo.

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